viernes, 4 de mayo de 2007

El funeral de cardiólogo.

En una ciudad norteamericana muere un eminente cardiólogo ...
Sus amigos y familiares deciden hacerle un grandioso y pomposo funeral de
despedida. Para ello, en medio de la iglesia, frente al ataúd, instalan un
gigantesco corazón, de lo más hortera, todo cubierto de flores.
Terminado el servicio fúnebre el corazón se abre en dos y el ataúd, al son
de la música del Réquiem de Mozart, se desliza suave y lentamente dentro del
corazón. Una vez dentro, las dos puertas se cierran y el ataúd desaparece de
la vista de los presentes, encerrado para toda la eternidad en el hermoso
corazón.
En ese momento se oye la risa de uno de los presentes. Sus carcajadas no
cesan y todo el mundo se da la vuelta para mirarlo. Pasados unos momentos,
el señor se disculpa diciendo:
- Lo siento mucho, les ruego que me disculpen, pero es que estaba pensando
en mi propio funeral porque soy ginecólogo.

No hay comentarios: