jueves, 20 de agosto de 2009


José Luis Rodríguez Zapatero salió el otro día a dar una vuelta por los alrededores de su residencia veraniega de La Mareta, con tan mala suerte para él que cayó a una presa, y con tan mala suerte para los españoles que un muchacho del lugar lo rescató de allí. Cuando Zapatero se vio salvo, le dijo al zagal:

— Gracias. Me has salvado la vida; pídeme lo que quieras.

— Señor presidente —dijo el chico—, sólo quiero que mi ataúd sea transportado en una carroza tirada por seis caballos.

— ¡Por Dios! ¡Si eres muy joven! Anda, pídeme otra cosa.

— Bueno, pues entonces, que sobre mi ataúd pongan la bandera de España y que la guardia de honor la doble y se la entregue a mi madre al final de la ceremonia.

— Que no, que no... Pídeme otra cosa.

— Pues... que la guardia de honor dispare unas salvas mientras me entierran.

— Pero, vamos a ver, ¿a qué viene esa manía de que te vas a morir?

— Pues porque cuando cuente en el pueblo que lo he salvado, me van a

matar a hostias, por gilipollas.

Uno de bares..........


Un señor de mediana edad lleva una hora sentado en un bar mirando la copa sin beberla, cuando llega un camionero alto y gordo y se bebe la copa de un solo trago. El pobre hombre se echa a llorar, y el camionero le dice:

-¡Vamos, buen hombre, era solo una broma, ahora le pido otra copa!El señor le contesta:

-No, no es eso, es que hoy ha sido el peor día de mi vida. Primero, llego tarde al trabajo y me despiden. Luego, al llegar donde había dejado mi coche, veo que se lo habían robado. Camino a mi casa y veo a mí mujer con otro hombre, y me vengo para acá, y cuando por fin iba a terminar con todo esto, llega usted y se toma mi veneno.

martes, 4 de agosto de 2009

Porque mienten los hombres....

Un día el carpintero estaba cortando una rama de un árbol cerca de un río y su hacha se le cayó al río. El infeliz carpintero le rogó a Dios. Dios se le apareció y le preguntó:
-¿Por qué estás llorando?
-Mi hacha se ha caído al río. Dios se metió en el río y le sacó una hacha de oro. Le preguntó:
-¿Es ésta tu hacha?
-No. -Le respondió el noble carpintero. Dios se metió de nuevo al río y sacó un hacha de plata: -¿Y ésta, es la tuya?
-No. -volvió a decir el carpintero- Esa no es. Dios volvió al río, sacó un hacha de madera y preguntó:
-¿Es ésta tu hacha?
-Sí - respondió por fin el carpintero, contento- Esa es.
Dios estaba tan contento con la sinceridad del carpintero que le dejó las tres hachas y mandó al carpintero a su casa. Un día en el campo paseaban el carpintero y su esposa. Su esposa tropezó y cayó al río. El infeliz carpintero le rogó a Dios. Dios se le apareció y le preguntó:
-¿Por qué estás llorando?
-Mi esposa se ha caído al río. -respondió el carpintero. Dios se metió en el río, sacó a Jennifer López y preguntó:
-¿Es ésta tu esposa?
-¡¡¡Sííííí, sííííí!!! -contestó el carpintero. Dios se enfureció.
-¡Eres un mentiroso, un rufián!
-¡Oh, Dios; perdóname! -contestó el carpintero- Ha sido un malentendido. Pues si digo que no es Jennifer López, despues tú me sacarías a Sofía Vergara. Después si digo que no es ella, por último sacarías a mi esposa y diría que sí es ella. Y entonces Tú me dejarías con las tres. Dios, yo soy un humilde carpintero y no podría mantenerlas a las tres. Sólo por eso dije sí la primera vez.
La moraleja de la historia es que los hombres sólo mentimos por causas honorables y con buenas intenciones...