El ministro de Asuntos Exteriores de una república africana visita Rusia en viaje oficial. Tras una semana, su homólogo ruso le dice:
- Espero que haya disfrutado de la estancia en nuestro país, pero antes de irse es costumbre que practique nuestro juego nacional.
- ¿Y cuál es ese juego? - Bueno, la ruleta rusa, claro.
- ¿La ruleta rusa? No lo conozco.
- Consiste en que Vd. se ponga este revólver contra la sien y apriete el gatillo. En el cargador hay una sola bala, así que tiene 5 posibilidades entre 6 de sobrevivir. El ministro africano traga saliva, pero piensa para sí:
- "Soy heredero de una tribu de valientes guerreros y afrontaré esta prueba". El hombre aprieta y... ¡clic! No se dispara. Respira y le dice al ruso:
- Le recuerdo que dentro de tres meses me tendrá que devolver la visita.
Tres meses después, el ministro ruso pasa una semana en la pequeña república africana, y el último día su homólogo le dice:
- Espero que haya disfrutado de la estancia en nuestro país, pero antes de irse es costumbre que practique nuestro juego nacional.
- ¿Y cuál es ese juego? - Bueno, la ruleta africana, claro.
- ¿La ruleta africana? No lo conozco, ¿en qué consiste?
Entonces el ministro lo conduce a un aposento donde hay 6 chicas que están buenísimas y completamente desnudas. El africano le dice al ruso:
- La que Ud. elija le hará sexo oral. - ¡Genial! Esto es magnífico y... ¿dónde está el riesgo?. ¿Cuál es el secreto? El ministro africano sonríe y responde:
- Una de ellas es caníbal
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