Armando y María dan un paseo romántico por el campo.
Los deseos amorosos de Armando aumentan conforme se internan entre los arboles
El esta animándose, cuando María lo interrumpe con un:
-"Espero no te moleste, pero tengo ganas de echarme un “meadita”.
-"Está bien, ¿porqué no vas detrás de esos arbustos?"
Mientras Armando espera, escucha el sonido de las medias deslizándose por las piernas de María e incapaz de contener un segundo más sus instintos, Armando introduce el brazo a través de los arbustos y toca la pierna de María.
Suavemente sube la mano más y más, hasta que, horrorizado, agarra algo largo y grueso que cuelga entre las piernas de María.
"¡María, por Dios! ¿Cambiaste de sexo?", grita angustiado.
"No", contesta ella, "cambié de opinión........... estoy cagando".
Los deseos amorosos de Armando aumentan conforme se internan entre los arboles
El esta animándose, cuando María lo interrumpe con un:
-"Espero no te moleste, pero tengo ganas de echarme un “meadita”.
-"Está bien, ¿porqué no vas detrás de esos arbustos?"
Mientras Armando espera, escucha el sonido de las medias deslizándose por las piernas de María e incapaz de contener un segundo más sus instintos, Armando introduce el brazo a través de los arbustos y toca la pierna de María.
Suavemente sube la mano más y más, hasta que, horrorizado, agarra algo largo y grueso que cuelga entre las piernas de María.
"¡María, por Dios! ¿Cambiaste de sexo?", grita angustiado.
"No", contesta ella, "cambié de opinión........... estoy cagando".
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